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Artesanos mexiquenses y el barro con identidad prehispánica

Una tradición prehispánica que perdura hasta nuestros días, es la elaboración de figuras de barro. En varios pueblos del municipio de Texcoco donde las y los habitantes se dedican a la producción de estas piezas. Una herencia que ha pasado de generación en generación.

Las artesanas y artesanos se enseñan a moldear el barro, para formarlo en piezas únicas que en verdad parecen desenterradas de alguna zona arqueológica; su similitud con vestigios reales es tal, que incluso muchas personas piensan que son parte de una colección privada.

Se puede encontrar desde las tradicionales obras como calendarios aztecas, guerreros águila o jaguar y perro xoloitzcuintle, hasta figuras de deidades como Mictlantecuhtli; señor del inframundo, Tláloc, señor de la lluvia, Xochipilli, deidad de las flores, sacerdotes mayas, sahumerios, estelas y urnas ceremoniales, entre otras.

Artesanos y una pequeña industria local

El barro con el que trabajan estos artesanos proviene de otras regiones ya que es más resistente, el material llega en terrones y lo hacen polvo, después se le agrega agua hasta lograr una masa que se coloca en un cuadro con una tela metálica para quitarle las impurezas, hasta lograr que el barro esté muy fino, posteriormente se coloca en vasijas de yeso para que las figuras tomen más consistencia y fuerza.

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De ahí, se prosigue al modelaje para crear figuras tomadas de códices, museos, libros o lo que el cliente pida, una vez creada la figura se deja reposar aproximadamente de 20 minutos hasta un día completo, dependiendo el tamaño de la pieza.

Después se deja secar en sol y se mete al horno para su cocción de cuatro a seis horas aproximadamente.

El decorado es a mano, con colores como el rojo, amarillo o azul, mismos que ocupaban sus antepasados para pintar sus creaciones. Es aquí donde resalta la creatividad de los artesanos.

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Para el toque final se le pasa una esponja llena de tierra para asemejar que la artesanía fuera muy antigua.

Tener una pieza de barro no sólo engalana un espacio del hogar, también hará recordar nuestras raíces, y sobre todo valorará a quienes las realizan.

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