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Banda ancha, necesidad artística

Columna: El Mogador

Por: Tiaredth Zuñiga

El “quédate en casa” es una consecuencia de la pandemia y ha afectado gravemente al gremio artístico, a quienes dependen del escenario y del contacto con la gente, de ensayos cuerpo a cuerpo. Pero la avasallante enfermedad cerró teatros, cines, escuelas, foros culturales y con ello dejó a muchos sin techo, con desabasto alimentario y sin un sistema de salud digno y gratuito.

Ante el cierre de los lugares que mantienen al arte, la solución obvia fue ese mundo alterno en el que aparentemente todos vivimos, el WIFI, Internet o banda ancha.

En entrevista digital para esta columna con Ricardo Orozco (escultor) y Adrián Cervantes (pintor) mencionaron que echan mano del internet haciendo timelapse para lucir su trabajo y hacer difusión de la obra que tienen a la venta.

Daniel Hernández (pintor), fundador del colectivo De Ley Arte, dice que es una gran ventaja tener acceso a los medios digitales que le permiten subir fotos de su arte y dar clases en línea.

Pero, ¿qué pasa con los otros, con los que no tienen el recurso para pagar este gasto, que entre comer y comunicarse tienen una sola opción?

En Europa ha sido más fácil el trayecto a la digitalización de los artistas. En Tallín, Escocia, el uso de banda ancha se considera un derecho ciudadano, porque ahora se vive a través del internet. En contraste, de acuerdo con datos del INEGI (2018), solo 5 de cada 10 mexicanos cuentan con beneficio de banda ancha.

Un ejemplo del batallar diario por comunicarse es Dayana Castillo (soprano), quien lamenta su situación, comentando que hace un gasto de entre 200 y 300 pesos mexicanos mensuales para tener datos en su celular, lo que la deja con 1000 pesos para sus demás gastos del mes.

En la charla “La eterna cuarentena. Arte y cultura” (que puedes encontrar en el portal de Brigada Informativa Altavoz), llevada a cabo el pasado jueves 2 de julio, participaron ponentes de las distintas disciplinas artísticas que exponían cómo han vivido la pandemia dando propuestas para combatir la situación precaria del gremio artístico.

Se habló del uso de herramientas digitales como recurso para salir a flote, aunque en sus comentarios se coincidía que los artistas mexicanos sólo contaban con Facebook para hacer difusión extensa de su trabajo, pese a que la plataforma censura, se monetiza debido al uso que le damos y sanciona al que se promociona sin pagar.

En una charla digital con Pedro Fayad (ingeniero en sistemas) llegamos a la conclusión de que no es posible aún crear con recursos culturales una red digital de artistas. Por el momento se deberán apoyar de plataformas ya hechas, como lo son Instagram, Friendica, Socialengine, Kichink, Ello o, si necesitas algo original, está Spruz que, se me comenta, es una plataforma para crear tu propia mini red social.

También está la opción de comprar una página y girarla en las aplicaciones mencionadas, ya que la creación de un nuevo espacio digital diseñado para artistas que contenga soportes para formatos de alta calidad como fotos, videos y audio requiere una estructura amplia, con necesidad de programadores expertos que ayuden a mantenerlo diariamente, lo que nos llevaría a un gasto de aproximadamente 800 mil pesos mexicanos de inicio.

A pesar de que el panorama se ve escabroso, la UNESCO lanza el “Frente creativo. Respuestas al Covid19”, donde pone como ejemplo a entidades federativas como Aguascalientes, quienes ya crearon una plataforma llamada ICAIternativo, en la cual se muestra el trabajo de los artistas y se ha logrado dar incentivos económicos a los mismos. En su propuesta están trabajando para disminuir la brecha entre la zona rural y la urbana para crear una forma que les permita a los artistas el acceso a internet, continuando con la estimulación de la creación artística y la gestión cultural en tiempo de pandemia.

Hasta ahora las únicas soluciones que he encontrado son algunas propuestas sin responder por parte del gobierno mexicano (como es el caso de la petición lanzada por MOCCAM, La Asamblea por y No vivimos del aplauso), cursos de profesionalización en el área digital de parte de la UNESCO, iniciativas que en mi opinión deben tener seguimiento y ser presionadas por el gremio que sí puede conectarse a lo digital, ya que son quienes pueden exigir para beneficio propio y colectivo.

En voz de los artistas que conozco lo que queda es seguir luchando y adaptarse.

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