“Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot” y la empatía
Columna: La Frase de La Película
Por: Luis FerGóVz
Queridos lectores, los vicios, las adicciones, en específico: el alcohol. El tan querido, odiado, alivianador y temido alcohol.
Es tiempo de hablar sobre la droga más aceptada socialmente, esa droga es la que más conozco y me ha acompañado a lo largo de mi vida, hablar de este tema el día de hoy fue gracias a la inspiración que me ocasionó la película “Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot”.
Dirigida por Gus Van Sant, “Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot” nos cuenta la historia de John Callahan (Joaquin Phoenix), un artista nato que después de sufrir un accidente automovilístico en el cuál queda parapléjico, se encuentra en el largo, difícil y solitario camino de dejar el alcohol. Este camino lo lleva a coincidir con diferentes personajes muy emotivos, su nueva vida como discapacitado es otra de las cosas que debe aceptar y enfrentar.

Hay muchos momentos de depresión, de dolor, momentos de desesperación, pero también mucha paz, humor plasmado en las caricaturas que John crea y en su personalidad y también hay momentos de satisfacción.
Como mencionaba arriba, el alcohol me ha acompañado toda mi vida, como a la mayoría de las personas, supongo, pues hay tanta variedad que incluso hay para todos los gustos, pero no sólo eso, también hay alcohol al alcance de cualquier economía, indagar en esto merece los artículos que ya se han escrito y más, pues no es una “droga pasiva”, al contrario, es traicionera, es adictiva, es agresiva, depresiva, es causante de muchas muertes y es legal, pero este no es el espacio que se dedicará a hablar sobre si el manejo del alcohol es el correcto o no.
Tampoco es un escrito en el que quiero hacerme el más santo, ni satanizar el alcohol, pues esa compañía del alcohol en mi vida, también se basa en el consumo que he tenido de la sustancia, lleno de momentos inolvidables por ser divertidos, hasta llegar a ser desgraciados, vivencias a fin de cuentas, donde muchas veces he quedado satisfecho y feliz y en otras se me cae la cara de vergüenza.
Dicho lo anterior, conociendo la sustancia y dejando en claro que ni la película ni este escrito tienen como finalidad que los espectadores que gustan del alcohol corran a un grupo de AA (Alcohólicos Anónimos, por si no conocían su abreviación), creo que el objetivo real es hablar de la empatía.
El alcohol es un albur, entendiendo la palabra albur como un azar, pues no a todos nos causa el mismo efecto, no todos bebemos la misma cantidad, no todos bebemos por el mismo motivo, porque todos hacemos las cosas por algún motivo, de eso no hay duda.
En esta película nuestro protagonista ha tenido una vida difícil desde pequeño, no fue tratado de la misma forma que sus hermanos porque fue adoptado. Después del accidente, cuando toma la decisión de asistir al grupo de AA, conoce personas cuya vida también ha tenido momentos muy difíciles y sumamente diferentes a los que este se ha enfrentado, y empieza a entender de qué va la empatía, se da cuenta de ello en un momento mágico, pues empieza a compartir su historia de tal forma de la cual muchos pecamos, creyéndonos únicos, que somos los que más sufrimos, que nuestra vida sí es difícil y la de los otros no. Al terminar de compartir su historia, mientras queda en llanto, sus compañeros AA hacen comentarios cómicos de lo que le ha sucedido, inmediatamente John despierta sentimientos de indignación y enojo, pero todos los presentes, acompañan su sentimiento hasta guiarlo a la finalidad del grupo, la empatía y el dejar de tener excusas por las que son alcohólicos pues solo así, se llegan a sanar las dolencias del alma, donde nacen los vicios.

Esto es muy cierto desde mi perspectiva, pues no podemos culpar a alguien por nuestras acciones, victimizarnos nos hace inválidos aún sin ser físicamente discapacitados, pues no hay sentido el seguir culpando al pasado por nuestro presente, seguir así es matar el futuro que ya de por sí es incierto.
Es sumamente importante pensar que esa carga del pasado, pesa mucho y no todas las personas tienen la capacidad de superarlas por ellas mismas, lo que para uno puede ser sencillo, para otro puede causarle daños por años, de ahí nacen estos grupos de autoayuda, donde se comparten las vivencias personales y así se abre un panorama mas amplio de lo que implica ser adicto a alguna sustancia, de lo que significa la depresión y de lo que es sentir el dolor del otro, consientes de que la mayoría de las veces, si así se decide, existe una solución para todo.
Alguna vez asistí a un grupo AA, sin duda desde el inicio te hacen sentir bienvenido, dejé de hacerlo porque sentía que no encajaba, que no había sufrido de adicciones como las de los demás y cada cosa que compartían me dolía, dejé de asistir, pero siempre recuerdo que ningún vicio es un juego y trato de recordarlo siempre que decido tomar un trago.
Todos tenemos problemas, a todos nos duelen cosas, algunos más, otros menos, nunca está de más buscar ayuda si la creen necesaria, incluso en este tipo de películas ves mucha inspiración por hacer las cosas de una manera más positiva aunque no tengas adicciones.
La Fase de la Película que elegí es la siguiente:
“Te voy a decir una cosa a cerca de tus desgracias, ¿está bien?; mientras sigas diciendo “pobre de mi, pobre de mi”, acabarás diciendo que te sirvan otro trago”
La película se encuentra en Prime Video, es una historia súper digerible y pueden verla con su familia.
Nota: A mi siempre me ha gustado escuchar y tratar de opinar si es prudente, si alguno de ustedes que está leyendo siente la necesidad de hablar, pueden encontrarme en redes sociales, seguramente también tendré una buena película para recomendar y que me recomienden, eso sería muy valioso.