En la estación de Metro Balderas: un homenaje a Rockdrigo
Rockdrigo (Rodrigo González) fue un músico ecléctico: fusionó el blues, el rock y el folk con distintos géneros de música mexicana para crear temas brillantes. Desde el precioso homenaje al son huasteco, Huapangero, el sentido del humor de Los Intelectuales y Asalto Chido, la intensa melancolía de Distante Instante… hasta lo poético de No Tengo Tiempo (De Cambiar Mi Vida) y por supuesto, de Estación del Metro Balderas.
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El también llamado profeta del nopal solo logró sacar un casete de su música: el imprescindible Hurbanistorias. De manera póstuma se han lanzado El profeta del nopal, Aventuras en el defe y No estoy loco.
Falleció demasiado rápido, durante el fatídico terremoto de 1985. Desde entonces, Rockdrigo, entre historias verdaderas e inventadas permanece en la memoria de los aficionados al rock. Más aún, en su honor se erigió una estatua de bronce al interior del metro Balderas, donde cada 19 de septiembre su efigie es adornada con flores. Esta estatua —realizada por el escultor Alfredo López Casanova— fue develada en septiembre de 2011, frente a amigos, familiares y fans.
Con el fin de juntar el bronce necesario para la estatua, se realizó la campaña Una llave para Rockdrigo, con el fin de que los fans donaran objetos hechos con este material.
Hoy, el cantautor permanece como uno de los grandes del rock nacional. Si un día andas por el Metro Balderas, considera ir a saludar a Rockdrigo.
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